DEMACIA: EL MIEDO DISFRAZADO DE HONOR
Una nación donde el mármol brilla más que la verdad, y la justicia se viste de armadura.
Hoy, exploramos la región más blanca de Runaterra.
Abro hilo: ⚔️🎺🥁👇
Demacia es orden. Mármol, trompetas y estandartes al viento.
Dicen que defienden la justicia, el deber y el honor…
Pero detrás de cada columna blanca hay una sombra que no quieren ver.
Y de eso no se habla.
Geográficamente, es como si Suiza y Roma tuvieran un hijo militarizado.
Colinas, fortalezas, ciudades-estado fortificadas. Todo limpio, todo simétrico.
Pocas cosas fuera de lugar. Pocas cosas permitidas fuera de lugar.
Su cultura se basa en la ley, la disciplina y el rechazo absoluto a la magia.
El demaciano promedio desconfía de lo distinto.
No por odio… por miedo.
El orden es su escudo y también su prisión.
Nacida como refugio frente a los horrores de la antigua guerra rúnica, Demacia se forjó con el trauma.
Y como todo país traumado, se volvió estructurado, cerrado y autorreferencial.
“Acá no entra la magia.”
Ni la magia, ni la duda.
Demacia promueve la meritocracia moral:
No asciende el más capaz, sino el más obediente.
El que mejor encaje.
El que repita más fuerte las palabras “honor” y “familia” sin preguntar mucho.
Sus conflictos internos hierven bajo la superficie:
— Magos que se ocultan o escapan.
— Guerreros que cuestionan el código.
— El pueblo que empieza a ver que el mármol no calienta en invierno.
¿Con quién se enfrenta?
Con Noxus, claro.
Porque si uno representa la libertad salvaje, el otro es el orden absoluto.
Y entre esos extremos se parte Runaterra.
Una grieta ideológica con espadas y gritos.
Demacia no es mala. Pero tampoco es justa.
Es el espejo donde muchos quieren mirarse… hasta que ven lo que hay detrás.
No es un imperio. Es una idea fija.
Y cuando una idea no se puede discutir… deja de ser noble para volverse peligrosa.
Demacia no necesita magia, necesita terapia.
Y una asamblea constituyente.