Ayer fue Día de la independencia (y mi cumple jijo). Así que parto de este día patrio para hablar sobre algo en específcio: los estudios de las ''tradiciones populares'', aquello que es puramente ''tradicional'', y representa aquello que llamamos ''El saber del pueblo''
Para hablar de esto, me centraré en una disciplina que hoy en día no es tan conocida, ha sido fuertemente criticada por su metodología pero termino por influir a demás disciplinas y por momentos esabsorbida por otras ciencias sociales: El Folklore.
El término folklore fue propuesto en 1846 por William Thoms. Su idea era registrar el saber del pueblo antes de que desapareciera por efecto de la modernización. Folklore significa ''El saber del pueblo''
Cuando en hablamos de folklore, no nos referimos solamente al género musical tradicional argentino (pero que ganas de bailar una chacarera), sino a un campo que estudia las expresiones culturales populares: relatos, prácticas, creencias, símbolos.
Para Thoms, eso incluía cuentos, proverbios, supersticiones, rituales… Todo aquello que el pueblo conservaba “sin saber por qué”, y que los intelectuales de la época consideraban como “supervivencias” del pasado.
En Argentina, el concepto fue resignificado.
Según Martha Blache (Folklorista recibida de la UBA), desde principios del siglo XX el Estado promovió una idea de folklore centrada en lo criollo, lo rural y lo hispánico, como parte de un proyecto nacionalista
El ejemplo más claro es el gaucho: una figura históricamente ambigua, que fue convertida en ícono del ser nacional. A través de la escuela, las encuestas folklóricas y los festejos patrios, se impuso como símbolo de lo “auténticamente argentino”.
Pero esta operación fue selectiva e ideológica: se invisibilizaron otras memorias populares (indígenas, afroargentinas, inmigrantes) y se congeló la tradición como algo fijo, estático, no conflictivo.
Como dice Blache, el folklore no es solo lo que el pueblo hace, sino lo que ciertas instituciones dicen que representa al pueblo. Es una herramienta cultural que puede incluir, excluir, silenciar o resistir.
El folklore dejó de ser expresión viva y dinámica del pueblo, para convertirse en una narrativa fija, conservadora y funcional al criollismo.
Estudiar las tradiciones populares es entender cómo se produce y disputa el sentido común, cómo se define qué es “lo nacional” y quién queda fuera de ese relato.
Desde un recital, hasta el seguir fielmente a un equipo de fútbol, lo tradicional está en loque expresa el pueblo, incluso podemos pensar en los plataformas digitales cómo espacios de expresión de ese saber popular
Cierro hilo planteando una reflexión ¿Donde encontramos hoy en día estas tradiciones populares?